Cocidas, asadas, a la brasa... en almíbar... mil maneras diferentes de preparar las castañas, y mil formas distintas de saborearlas.
Llegó al Norte de Europa desde Asia Menor, y pronto se extendió por todas las regiones. Aunque una teoría reciente abre una nueva línea de investigación, al localizar fósiles de castaños, formados al final del terciario.
La castaña fue una de las principales fuentes de alimentación en Europa, Asia y América del Norte, y sustituyó en épocas de escasez al cereal.
Los principales países exportadores de castañas son China e Italia, y los primeros países importadores son Japón y Francia.
La producción total de España es 18.000 toneladas, que se reparten las provincias de Asturias, Galicia, Cataluña y Castillá-León, en mayor medida.
Y... una de las formas más sabrosa de tomarlas es en almíbar...
Aquí no exportamos pero ha sido muchos años una fuente valiosa de alimentación para todos nuestros antepasados, que en alguna época era lo poco que se podían llevar a la boca.
En un municipio asturiano, Candamo, se celebra el festival de la castaña... un lujo participar y ¡saborear!
Pues con este ingrediente elaboramos esta rica receta.
Ingredientes:
- 1 kg. de castañas.
- 400 gr. de azúcar blanco.
- 2 hojas de laurel.
- 1 palo de canela en rama.
- Agua.
Elaboración:
Colocamos al fuego una olla con abundante agua, sal y las hojas de laurel.
Con la ayuda de un cuchillo, desprendemos la piel más gruesa de las castañas, y de paso, comprobamos que están sanas.
Cuando el agua rompa a hervir, añadimos las castañas y dejamos cocer durante 15 minutos.
Pasado este tiempo, escurrimos y dejamos enfriar.
Una vez frías, retiramos con cuidado la piel más fina.
En otra olla, ponemos medio litro de agua, los 400 gramos de azúcar y la rama de la canela. Cuando rompa a hervir, bajamos el volumen del fuego al mínimo y dejamos hacer durante 20 minutos.
Después, volcamos las castañas y removemos con cuidado, para evitar que se rompan.
Dejamos al fuego diez minutos más y esperamos a que se enfríen... ¡ya están listas!
Adornamos como más nos guste y el éxito lo tendremos garantizado.
Y... si sobran, siempre podemos prepararlas en conserva. De esta manera, podremos saborearlas en cualquier época del año.
Es una receta laboriosa, ya que la piel lleva su tiempo quitarla, pero el resultado es tan delicioso... que bien merece la pena.
Que ricas , me encantan tal como las pones.Bssss y buenas noches.
ResponderEliminarGracias Doris. Un saludo
EliminarQué buena pinta tienen esas castañas a mi como más me gustan son crudas, aunque la abuela de mi marido las hacía de una manera parecida. Un besote y curaros esos costipados jeje
ResponderEliminarMuchas gracias en ellos estamos. LA verdad que las castañas están ricas de todas formas.
Eliminar