
Esta es la típica receta que pasa de madres a hijas, en este caso, es de la abuela de mi marido, que pasó a su madre, y que luego me ha pasado a mí.
Cocinar es un arte, la amistad un don y compaginar ambas cosas, un binomio que ronda la perfección. Compartamos pues amistad e ingredientes entre fogones y risas, y combinémoslo con una chispa de antaño... el guiso nos resultará delicioso.