Siempre me ha encantado al cocina, lo tengo claro de bien pequeñita. Con seis años ya hice mis primeros garbanzos en casa de mi abuela, las abuelas nos dejan hacer todo, y la experiencia os puedo asegurar que no fue buena, pero no se me quitaron las ganas de seguir cocinando, era una obsesión, jugaba con tierra y hojas de plantas a hacer canapés de chocolate jejejej.
Yo creo que los niños nacemos con nuestra idea clara, luego hay que luchar por ella. Pues bien, yo seguí luchando, aprendiendo y trabajando en ello y aquí me tenéis, casi 30 años después, emocionándome cuando hago esos platos que me enseñó mi abuela, y de los que siempre tienes un recuerdo especial, porque al fin y al cabo la cocina es emoción.